Mi tarea no consiste en elevar de sus propias limitaciones, a quienes no les interesa informarse, opinar es gratis, y más se opina cuanto menos se sabe, porque el que sabe, sabe, y el que no sabe, opina.
La cantidad de opinión emitida es inversamente proporcional a la cantidad de información recibida. El que más habla, habla de más, da mas juicios, quien menos información posee.
No he venido a situarme en la mira de los opinantes u "opinólogos" que poco o nada saben, sino que estoy para dedicarme a los persistentes e incansables buscadores de respuestas, que se han tomado el trabajo de ir en busca del esclarecimiento de sus mentes confundidas, mientras que los otros, los que no me interesan, se han quedado en la creencia de que "la tienen clara", y no buscan información, y cuando ésta les llega, la rechazan porque esto los obligaría a reformular sus ideas.
Los buscadores de información, opinan menos porque conocen más: no creen en mí, sino que SABEN si lo que digo es cierto o no lo es. Creer o no creer, no es lo que a ellos les pasa conmigo: no opinan sobre mí, no les parece ni bien ni mal que diga lo que digo; simplemente, identifican la información que transmito, de modo que ella coincide con lo que han investigado, reflexionado o intuido. Reconocen en mi mensaje aquello que, dado lo que saben, les resulta cierto.
Esta gente EXISTE, y está a la busca de algo que, sin que lo sepan, justamente es lo que estoy divulgando. Porque los contactos extraterrestres a partir de los cuales recibí la información, fueron el inicio de la transmisión que estuvo destinada a gente de ésa que estoy buscando.
Esta gente necesita saber algo, y ese algo fue transmitido para ellos. Yo soy retransmisor de esa información, y por eso funciono como agente de contacto entre los que buscan este conocimiento, y el conocimiento transmitido en busca de ellos.
Una de las más astutas estrategias empleadas por las fuerzas negativas, para que la gente no descubra la verdad y no desenmascare la mentira, es aquello de que "la verdad está dentro de uno".
La verdad objetiva (la trascendente, y no la pseudoverdad subjetiva) está más allá del conocimiento empírico de muchos de los seres que pueblan este mundo. Muchos no proceden de mundos en los cuales haya existido esa "verdad" que ahora llevarían dentro como conocimiento vivenciado.
Proceden, en cambio, de mundos en los que aquello que entienden por evolución cumplida y verdad aprendida, no fueron otra cosa que engaños de los que fueron víctimas.
Nunca supieron cuál es la verdadera forma de evolución. Nunca supieron que hay una verdad que no es aquéllo -falso- que entienden como verdadero. Nunca incorporaron a su interior la verdad legítima. Lo que tienen en su interior es un aprendizaje mal hecho, un engaño del que no han tomado conciencia, porque la verdad no les ha llegado todavía desde afuera para iluminarlos.
Los que manejan al mundo con sus sistemas de creencias, saben perfectamente que la continuidad del engaño depende de que la verdad trascendente no descienda a iluminar a los seres, y de que ellos no asciendan a esa verdad mediante una búsqueda hacia afuera.
Afuera hay información que ha sido suministrada por iluminados, pensadores, que han recibido alguna transmisión cósmica, o que han intuido, o que en otras vidas han conocido cómo es que funciona un mundo en el cual exista la verdad.
Buscar la verdad hacia afuera de uno mismo, puede conducir a los seres a esa información, al esclarecimiento, a un camino verdadero hacia el conocimiento de lo trascendente.
Por eso los controladores del mundo, a través de sus representantes instalados en los sistemas doctrinarios, tratan de que esa búsqueda de la verdad sea desviada hacia la "búsqueda interior", de manera que cada uno crea que tiene dentro de sí el poder absoluto, la omnipotencia de la sabiduría cósmica guardada, la verdad que se busca, la solución de todo interrogante.
La estrategia es muy efectiva: deriva en un cierto grado de desmotivación para indagar en otras fuentes (pues uno es su propia fuente de alimentación y de sabiduría), y en un alto grado de autosuficiencia por la cual se pierde la humildad de admitir el famoso "sólo sé que no sé nada", reemplazándola por el creerse juez de la verdad, negándola cuando ésta se le presenta en el camino, diciéndole al iluminado que la esté pregonando: "eso para mí no es la verdad".
Así actúa frente al que investigó, el que reflexionó, el que intuyó, el que recibió una revelación de fuente cósmica, o que por sí mismo experimentó en otra vida lo que es un mundo donde reine la verdad.
Así actúa frente al que sabe, aquél que no sabe nada y que se cree que tiene sabiduría, porque se le dijo que ella está en su interior. Y sin necesidad de autocrítica para advertir sus propias limitaciones, y de investigación y búsqueda en otras fuentes para quizá llegar a algo, a alguna aproximación a la verdad, esta clase de individuos eclipsados de nacimiento, creyéndose radiantes de claridad, pretenden hacerle sombra a todo aquél que verdaderamente brille.
Así se cumple el propósito de que el engaño sea mantenido y que la verdad sea ignorada, menospreciada y despreciada. Con esa inteligente propuesta de hacerle creer a la gente demasiadas cosas sobre lo que, supuestamente, lleva dentro.
Cuando, en realidad, quedó pendiente de ser incorporado mucho de lo verdadero, y en su lugar hay una sobrecarga de rellenos de falsedades. Con las cuales el buscador hacia adentro se mantendrá enredado.
Lamentablemente, la susceptibilidad potencial de los interlocutores o los lectores hace que, para no despertar reacciones adversas, uno deba frecuentemente rebajar al grado de "opinión" lo que con frecuencia es algo que uno sabe que es un hecho , que no duda que sea como dice que es, y que es una verdad irrefutable.
Por lo tanto, diferenciemos lo que es realmente una opinión (la del ignorante que opina porque no sabe), de una verdad objetiva a la cual se le disfraza de opinión para no hacerla despreciablemente soberbia.
Como la "Ley de Murphy" dice: "Poniendo las cosas absolutamente claras, la gente quedará confusa", es lógico que querer esclarecer a la gente suponga generarle confusión a muchos.
Quien busca la verdad se impregna de mentiras. Porque la verdad ha sido escondida en el fondo de todas las mentiras, y llegar hasta ella requiere ensuciarse un poco de confusión.
Misterio no es secreto. Misterio es lo que se ignora. Secreto es lo que se sabe y se oculta. Y el engaño que la humanidad sufre, es que los que conocen la verdad, la han hecho secreta, y encubren el ocultamiento con falsedades.
Unos creen que eso falso es verdadero; otros lo dudan o lo rechazan. Para éstos, los ocultadores de la verdad tienen lista una trampa: la alternativa de que crean que la verdad se ignora, que es un misterio.
Me preguntaron una vez cuál es mi misión, y contesté: "confundir a la gente con estupideces".
Inmediatamente, amplié la respuesta: "confundir a los que creen que tienen todo claro, y esclarecer a los que están confundidos". Luego, me di cuenta de que eso que había dicho, ya Jesús lo había expresado, de esta otra manera: "vine para abrir los ojos de los que no ven, y para que los que ven, se queden ciegos".
Cuando algo fuera de lo cósmicamente "normal" pasó en este mundo, seguramente las fuerzas que ejercieron el control aquí desde entonces, se encargaron de elaborar la "historia oficial" que la humanidad debía recibir como conocimiento y como doctrina.
Porque como a la historia la escriben los que ganan, no es de suponerse que las fuerzas del Bien -es decir, las que perdieron aquí contra las del Mal- hayan sido las que elaboraron todo lo escrito que es tenido como verdad por las diversas religiones.
Seguramente debe haber otras historias escritas, que de algún modo hayan sobrevivido al control impuesto por las fuerzas involutivas que gobiernan el mundo.
Historias que las hogueras no hayan logrado hacer desaparecer, porque siempre hubo quienes las ocultaron, las aprendieron y las transmitieron.
Historias que dicen lo que verdaderamente sucedió, y que desenmascaran lo que continúa sucediendo engañosamente, al amparo de los poderes cósmicos retrógrados que dirigen la humanidad.
Por una simple cuestión de lógica, si hay una verdad, no debe estar en donde siempre se dijo, sino donde más inadvertida pasa para el común de la gente.
Cuanta más gente crea en algo, más dudoso de ser verdadero debería parecer eso. Por lo cual, toda tentativa de revelación de verdades, cualesquiera fuesen, deberá partir del principio de que serán poco creíbles y de que será una minoría de gente la que creerá en ellas.
Donde haya multitudes detrás de una "verdad", estará el indicador de la mentira; donde haya unos pocos participando de lo que la mayoría considera mentira, está la posibilidad de una verdad.
Los que somos pocos quisiéramos ser muchos.
Pero sabemos que, aunque lleguemos a ser muchos, seguiremos siendo pocos.
Las Religiones y gobiernos son formas de control establecidas por el poder cósmico negativo aquí imperante.
Se le hace creer a la gente que el mundo no es de nadie, que nadie tiene derecho a reclamar por los daños que causan los falsos dueños del mundo.
Entonces, señores "amos" del planeta, hacedores de guerras, traficantes de drogas destructores de la naturaleza, les comunico: he venido a tomar posesión de este planeta, me pertenece. Y si hay quien siente lo mismo y dice lo mismo, es dueño del mundo junto conmigo.
Yo vine a ayudar a que millones y millones de dueños del planeta descubran que lo son y dejen de ser esclavos.
Somos menospreciados e ignorados por los que aceptan que la sociedad sea lo que es, y que nos creen hostiles al bien común.
Es para bien de ellos que luchamos y, sin embargo, nos rechazan. Ellos cosecharán nuestra siembra y, sin embargo, pisotean nuestro crecimiento.
Ellos, sin embargo, verán erguirse nuestros tallos y ramas, y ya a la sombra de nuestros logros, lamentarán que parte de la cosecha se haya perdido por habernos negado el riego.
Porque muchos de los que hoy nos tratan con menosprecio o indiferencia, tendrán que nutrirse con los frutos de nuestra lucha, a la que habrán sido ajenos.
Pero en esos frutos recibirán la semilla que aprenderán a sembrar: iniciarán una nueva lucha.
Un buen combatiente no es aquél que gana más batallas de las que pierde, sino el que, aunque haya perdido todas, continúa de pie, hasta el combate final.
Y si en el último combate resultara derrotado, sería un buen combatiente por el solo hecho de haber luchado.
Porque entre tantos que no luchan, por el solo hecho de luchar, un combatiente, gane o pierda, es siempre un buen combatiente.
Las Grandes Verdades están a la vista de todos, pero eclipsadas por las Grandes Mentiras, que no tienen guerreros, sino carceleros, jueces y policías; políticos y religiosos, crédulos y farsantes.
Sólo hay guerreros del lado de las Verdades, y sus espadas de justicia son tan poderosas, que el sistema las muestra como perniciosas y prohibidas, y a todo guerrero, lo muestra como un conspirador contra el orden social.
El reino de la mentira no acepta portadores de espadas de justicia defensores de la Verdad. Pero estas espadas no aceptan la mentira. Por eso donde haya guerreros, las espadas prohibidas siempre serán empuñadas contra la mentira.
Como a la historia la escribieron los que le ganaron a la Verdad, seguramente que las otras historias, las de los que perdieron, son más creíbles que la versión oficial. Pero hasta tanto la ingenuidad y credulidad no permitan ver que todo es al revés de lo que se muestra, el reino de la mentira estará poblado de siervos. Y sólo unos pocos rebeldes seguirán libres y liberando a otros del engaño.
La paz de las iglesias desactiva la fuerza del sentido crítico. Produce un estado de aceptación del orden cósmico establecido para la Tierra. Inhibe la protesta, la rebelión es sofocada. Todo parece estar bien, tener explicación. La fe desplaza al cuestionamiento. La Biblia parece ser creible. Y entendible, hasta en las más inaceptables aberraciones del "Dios" Yahvé.
La academia, tiene por objeto mantener a la humanidad en ignorancia de la verdad, también es observable en la carrera de Astronomía, donde el adoctrinamiento consiste en que el estudiante niegue la posibilidad de que vengan seres extraterrestres, para que, en el futuro, sea un profesional capacitado para desmentir los argumentos de los perturbadores ufólogos y contactados.
También los arqueólogos se niegan a admitir que, ciertas construcciones de la antigüedad, evidencian el uso de una tecnología que no podía existir por entonces. Tampoco admiten hipótesis extraterrestres para ciertos dibujos y esculturas que reproducen seres y vehículos que no podrían ser de aquí. Así como los teólogos que todavía niegan las naves espaciales en la Biblia.
La ciencia es parte de la vida, no la vida. No se pueden reducir al limitado terreno científico, las ilimitadas realidades que lo trascienden. Vivir como científico ante la religión, ante la poesía, ante la música, es no vivir; porque la vida es para experimentarla en su multiplicidad de facetas, y no con una visión parcializada de lo que es el mundo.
Y mientras tanto, los que usando la Psicología donde no corresponde, se meten en la mente del prójimo para comprender la realidad, solo se salen de esa realidad. Crean una fantasía explicativa de lo que creen que pasa por la mente del sujeto. Creen que el sujeto ha creado mentalmente las cosas que dice haber vivido.
Ésa es la conclusión final años de universidad, y de cinco o seis toneladas de libros sobre temas como alucinacionesdel inconsciente colectivo. Yo diría que hay una colectividad de inconcientes de que hay una realidad que excede lo que la ciencia puede estudiar, y que está integrada por psicólogos, astrónomos, arqueólogos obsoletos y teólogos enceguecidos en sus dogmas. Ante ellos, solo cabe mi diagnóstico de analista: ellos son parte de la enfermedad del mundo.
Aunque ustedes crean ser de Luz y hablen de Amor, la realidad es que han sido usados por una mente superior, a la que creian divina y no lo es. De modo que esto lo que ustedes consideran evolución, no era sino un plan de corrupción encubierto, en el cual ustedes cayeron.
Y sean o no sean Luz, lo importante no son los propósitos o intensiones que tienen, sino los resultados: si quisieron una humanidad en evolución, es la involución, el gran fracaso el que está a la vista.
Y ese fracaso de ustedes ha sido el triunfo de esa mente controladora a la que obedecieron creyéndola divina; una mente que era capaz de saber de antemano lo corrupto que sería el resultado de todo lo que ustedes pensaban que llegaría a ser iluminación.
JUAN 8:44 Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.
OPINIONES Y COMENTARIOS:
ALVERTOD-VILLAVICENCIO-COLOMBIA
TEFILO2@HOTMAIL.COM
WWW.ALVERTOD.BLOGSPOT.COM
No hay comentarios:
Publicar un comentario