lunes, 21 de marzo de 2011

MI AMADA ALMA GEMELA


Este es un tema que desde muy antiguo ha encendido la imaginación humana, la idea de la "media naranja", de encontrar ese ser que es como uno mismo y que está en alguna parte.

Muchos nacen con la impresión de que llegaron a este mundo con un compromiso previo de encontrarse aquí con la otra de su alma muy amada. Tienen esa impresión desde niños, aun desde antes de haber siquiera sabido que ese tema, el de las almas gemelas, es una materia que ocupa seriamente a un gran sector humano y desde los tiempos más remotos.

El hecho de haber nacido con sólo la mitad de los atributos sexuales a disposición del ser humano debería llevarnos a reflexionar: ¿estamos incompletos? ¿No será esta carencia física un reflejo de otra carencia a nivel espiritual?

La mujer mira la vida desde cierta óptica, el hombre desde otra, ¿cómo puedo alcanzar una visión más total y completa, más abarcante, si estoy limitado por los condicionamientos que me impone mi sexo?

Desde el punto de vista espiritual, es verdad que estamos incompletos.

La alma gemela es la pareja que solo podrás encontrar en un nivel espiritual avanzado.

Son esas dos mitades que anduvieron errantes por muchas vidas, buscándose mutuamente hasta volverse a encontrar.

La historia de ambas no pertenece al mundo material.

Ellas se despiertan a partir de una enorme fascinación por el mundo espiritual.

En un principio, las almas originales son mezcla de varón y mujer.

Cuando se encaminaron desde el universo espiritual al mundo terrenal, estas almas se dividen en dos: las funciones varoniles se recubrieron de un cuerpo de hombre y las femeninas de un cuerpo de mujer.

Desde entonces se buscan y se atraen a lo largo de los tiempos y de las reencarnaciones hasta encontrarse nuevamente, al llegar ambas a un nivel de conciencia elevado para formar otra vez una unidad armoniosa con el cosmos.

En cada una de esas almas queda guardada toda la memoria del tiempo en que eran una sola y esto es lo que les permite reconocerse en el momento determinado.

No hay dicha más grande en el plano físico que la unión matrimonial de dos almas gemelas. Pero ésta debe ser ganada en términos de crecimiento de la conciencia, a través de muchas vidas.

El encuentro de las almas gemelas se produce cuando ambas han alcanzado el nivel adecuado en que pueden valerse por sí mismas en soledad; cuando no necesitan de muletas y pueden ofrecerse libres y sin condiciones.

El alma es la parte intrínseca que sobrevive a la muerte física. Por eso las almas no mueren nunca y si no han aprendido todo lo que necesitan saber en un cuerpo, obtienen otro al nacer y de esa forma continúan con su educación.

Las almas gemelas existen desde que existe la vida y todos tenemos en algún punto del espacio y del tiempo nuestra alma gemela.

No es igual ser parte de una alma que jamás se ha dividido que ser parte de otra que acaba de reencontrarse luego de eones de separación.

Las dos mitades del alma fueron separadas, igual como el hombre fue expulsado del Paraíso.

Fueron lanzadas a descender a las sombras, a los bajos planos de existencia, evolucionando separadamente cada mitad, conociendo toda la degradación y todo el dolor que produce estar muy lejos de la Luz del Amor.

Y llegados al punto más bajo emprendieron el ascenso, evolucionando de vida en vida, siempre buscándose, siempre intuyéndose, sin olvidar jamás aquella presencia amada, porque el amor transciende tiempos infinitos, porque el tiempo no es real, mientras que el amor es lo único real.

Y luego de una o muchas vidas dedicadas al despertar, el reencuentro, ejerce una influencia positiva inmensa en el mundo en donde estén.

Porque el encuentro de las dos mitades es producto de una gran elevación de la conciencia.

A lo largo de nuestra vida soñamos con encontrar la pareja perfecta, nuestra alma gemela, aquella que, como oasis en medio del desierto, nos da de beber esperanza, fuerza y amor incondicional.

Aun los que disfrutan teniendo múltiples relaciones añoran la tan mencionada "media naranja". Están seguros que si encontraran a esa

persona especial serían capaces de comprometerse hasta el fin de los tiempos.

Pero ¿por qué es tan difícil dar con ella?, ¿por qué no todos podemos encontrarla?

Todas esas vidas creando vínculos positivos y negativos. Cada vida es como una misión con pequeños objetivos que lograr, a veces podemos fallar y tenemos que repetirla otra vez, otras veces lo logramos y avanzamos a la siguiente etapa.

El alma es pura y antes de llegar a la Tierra no tiene intención de hacer daño ni cometer errores. Si el espíritu ha cometido un acto negativo en relación con alguien o algo, antes de reencarnar se compromete a saldar esa deuda, pero una vez aquí, el sistema de vida implantado aquí tiende a desviarlo del camino correcto. Entonces el alma queda prisionera hasta que logre su liberación.

Pero surgen oportunidades de reajustar nuestras respuestas, nuestras reacciones, por eso en vez de considerar estos hechos como obstáculos a nuestro progreso debemos admitir, que ha llegado el momento de conocer las leyes superiores y manejar correctamente las energías.

Las almas gemelas son un único ser.

En el principio los espíritus eran andróginos, tenían al mismo tiempo la esencia femenina y la masculina, pero su evolución era muy lenta, ya que al sentirse completos no sentían la sed de búsqueda, y sin búsqueda no hay encuentro.

La meta final es reunirnos con la gran conciencia universal de la que una vez salimos.

Puede que se encuentren en sucesivas encarnaciones para ayudarse mutuamente a evolucionar, y cuando los dos hayan conseguido equilibrar esas energías dentro de sí, entonces se reencontraran finalmente para unirse para toda la eternidad.

La fusión con el alma gemela solo se podrá dar si estamos equilibrados y en sintonía uno con el otro.

A esta fusión se le llama "el vínculo cósmico". Al estar en el mismo nivel de evolución comparten objetivos y al estar juntos el gran amor que despiden se abre a toda la humanidad.

Cuando amamos deseamos integrarnos en el otro pero también expandirnos a través de él y el hecho de encontrar las mismas vibraciones en el otro nos facilita la expansión.

Encontrarla en este momento en la Tierra es cuestión de aprendizaje.

Cuando no hay armonía entre las almas gemelas (ya que evolucionan separadas a veces y lo hacen a diferente ritmo) deben seguir caminos separados, distintos.

Cuando una de las almas cobra conciencia debe esperar a la otra para ayudarla en su evolución.

Esto quiere decir que algunas veces la alma gemela no reconoce a su compañera porque está involucrada en otras relaciones que le son necesarias para su evolución.

El alma que se concientizó de su estado no debe interferir si no para ayudarle en todo lo necesario para su liberación. Si ella no quiere estar nuestro lado no debemos empecinarnos en seguir junto a ella. Hay muchas maneras de ayudarlos estando separados, una de ellas es enviarle pensamientos positivos, es como si le enviáramos una luz de amor, de ese amor incondicional que se nos despierta el encontrar a nuestra alma gemela.

Podemos amarnos espiritualmente sin el contacto físico de no ser posible. El sentimiento más importante con el que nos encontramos al hallar nuestra alma gemela es una intensa e indescriptible emoción de reconocimiento, de amor fraternal, de energía vivificadora y del despertar de nuestra real identidad.

Las almas gemelas tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas. Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias. Al verse, sienten una infinita necesidad de abrazarse y besarse y expandir las energías de sus corazones. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese crecimiento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos.

Se complementan en todos los sentidos... ¡casi piensan lo mismo! Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son. Si se pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más.

Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el porqué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.

Las almas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos, vivaces, conversan largamente, la música los transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y disfrutan mucho de su compañia. Hacer el amor es una experiencia que cobra un inusitado significado y en un indescriptible instante de esa unión, logran reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban buscando y entonces... ¡sabrás que esa es tu otra mitad!

Cada ser humano experimenta este maravilloso hecho en diferentes planos de energía:

1. El primer nivel de unión es el espiritual: Este plano se alcanza cuando las almas gemelas están internamente preparadas para unirse. Las dos partes sienten una gran plenitud y, si la unión es espiritual, es posible que nunca más vuelvan a separarse.

2. El segundo plano es el intelectual: Las almas compatibilizan en el nivel del pensamiento, tienen puntos en comunes y proyectos que pueden compartir.

3. El tercer nivel es el emocional: Desde el primer encuentro existe una intensa afinidad y la sensación de conocerse desde hace tiempo. En este estadio, las almas gemelas se enamoran con mayor facilidad. Comparten una gran entrega y equilibrio.

4. El cuarto nivel es el físico o erótico: La pareja de almas gemelas se entrega físicamente con una pasión sin límites: durante el acto sexual, los abrazos y los besos son intensos e interminables porque en el contacto físico con su par sentirán que finalmente han encontrado el hogar verdadero.

En el plano erótico, las almas gemelas descubren desde el primer momento que su compañera conoce su cuerpo a la perfección. Se acarician y besan como si fueran un solo cuerpo y sus encuentros eróticos pueden llegar a estar más allá del tiempo y el espacio, porque ambos perciben, al mismo tiempo, que se trasportan a otra dimensión.

La sensación de libertad y de vuelo mientras hacen el amor es sublime, sienten que pueden tocar el cielo con las manos. Sin este último nivel físico, las almas gemelas no pueden reconocerse verdaderamente como pareja.

Porque los otros planos están relacionados con el amor incondicional, que puede manifestarse en amistad duradera, o como un afecto especial entre dos personas, sin llegar a formarse una relación de pareja que puede ser estable o no.

Eso dependerá de la personalidad, del desarrollo espiritual o del conocimiento mutuo y personal de cada una de las partes.

Esa persona que nos va a comprender, que va a asimilar lo que somos y sentimos tal cómo deseamos, es una realidad que nos espera a todos.

¿Cuántos de nosotros no hemos sentido un vacío o una necesidad de encontrar "algo"? Es una nostalgia que se experimenta en nuestro espíritu, que nos dice que necesitamos unirnos a esa otra mitad para funcionar con toda la fuerza con la que fuimos creados desde un principio.

Tenemos que poseer esa claridad en nuestro corazón: somos dos seres que antes eran uno solo y debemos lograr esa re-unión para alcanzar la felicidad que todos merecemos gozar.

El sexo es un intercambio de energía muy poderoso entre dos cuerpos.

En una relación sexual la energía de uno impregna al otro. Cuando alguien se involucra en varias relaciones sexuales al mismo tiempo acumula energía negativa enturbiando la suya propia. Esto genera muchos vínculos nocivos, la mayoría negativos ya que no hubo amor en esas uniones.

Cambiar de pareja sin cesar provoca la separación de las almas gemelas, ya que primero tendremos que transformar todas energías contraídas con otros espíritus con la finalidad de encontrar un equilibrio sano.

OPINIONES Y COMENTARIOS:

ALVERTOD-VILLAVICENCIO-COLOMBIA

TEFILO2@HOTMAIL.COM

WWW.ALVERTOD.BLOGSPOT.COM


No hay comentarios:

Publicar un comentario